Hace aproximadamente diez años vivo en el mismo barrio. Las cosas cambian muy rápido; los antiguos dueños se van, nuevas personajes aparecen.
Antes solía considerarme una persona comprensiva, pero después descubrí ciertas aversiones mías, especialmente, en estos momentos que vivo con unos vecinos muy ruidosos, una banda de música de ocho hombres vive cerca a mi casa.
En esas circunstancias trato de practicar el paramitta de la paciencia o comprensión. Esta es una práctica budista para elimina el el rencor y el odio, con este paramitta se aplica la comprensión y la paciencia, nadie comete errores a propósito, ponerse en el lugar de la otra persona. Si somos personas muy apegadas a nuestro propio criterio, nos enojamos fácilmente de los errores ajenos .
Práctica este ejercicio al momento que te venga un enojo:
Practica la acción: no enojar:
No crear mala afinidad, darle la oportunidad a la otra persona de arrepentirse, así como yo cometo errores y espero que las personas me comprendan yo también puedo comprender los errores ajenos
Practica de palabra: no quejar
El chisme se divulga rápido y puedes dañar la imagen de la otra persona con las palabras ante los demás y así sembrar semillas de rechazo.
Práctica de mente: no rencor
Sufrir uno mismo por el error ajeno y hacer la vida imposible a los demás es tonto. Cada persona tiene su proceso y enfócate en mejorar tú, deja a los otros que vivan su propio proceso
Después de esta práctica me doy cuenta que uno puede reclamar sus derechos, decir lo que piensa, cree, etc, pero ya no desde la ira, la aversión, el rechazo, sino, desde la tranquilidad y en paz.
Es más el día de hoy me pasó algo curioso, ayer (domingo) estaba un poco fastidiada porque los nuevos inquilinos habían puesto música a todo volumen que empezó en la noche y habrá acabado a las 11 am del día siguiente. Ya no sentía el ruido, era trasparente.