A veces siento que los seres humanos vinimos a SANAR, a evolucionar, a mejorar, a ser mejores e ir puliendo el polvo, pero en el fondo nuestra mente es budica, todos somos budas.
Me encanta la historia del santo budista MILAREPA, en su juventud estudió la magia negra para vengarse de sus vecinos y destruirlos y lo logró. Sin embargo, al darse cuenta que estaba mal fue a buscar a un lama y lo encontró: Marpa. Luego de practicar diligentemente por 12 años alcanzó la iluminación.
Por ello, sin barro no hay loto podría convertirse en nuestro mantra para abrazar nuestras oscuridades que habitan en nosotros, queriéndonos y celebrando cada avance que damos.
PRESENCIA PLENA
ESCUCHA AMOROSA
OBSERVACIÓN PACIENTE
SUSPENSIÓN DEL TIEMPO
EL PRESENTE PERFECTO