Para poder observar y atender bien a lo que está pasando, hay que relajar la mirada, dejar caer los relatos, etc. A veces nuestra observación de lo que pasa está teñida de nuestras historias personales, prejuicios, venenos mentales, etc. Con la meditación, entrenamos la mente para una visión más clara de las cosas,es un método de observación.
En mi vida cotidiana estoy entrenando la auto observación. Por eso, es importante desacelerar para crear un ambiente de auto observación. A veces las emociones nos hierven y nos identificamos con la cólera, la ansiedad, los celos, etc. !Yo soy esa cólera, me siento tímido! !Tengo mucho miedo a fallar y a no tener éxito! , etc, etc, etc
Si creo ese espacio para la observación, creo un espacio para desinidentificación de mi relato personal. ¿Qué tan reales son? Y en vez de resistirme y querer quitármelo, lo observo y aprendo a reaccionar de otra manera cuando me abro. Así tengo la responsabilidad de mis emociones y no dejo que me agarren y me den una sacudida.
Al empezar la meditación guiada y en quietud me ha pasado de todo: se me vienen imágenes del pasado,me distraigo, me aburro, me pica el cuerpo, etc, pero en realidad es parte del proceso y cada vez que me distraigo y evoco al pasado o al futuro con el pensamiento, me doy cuenta y regreso a casa.
Sentirme perdida y distraída al meditar ya no lo vi cómo una falla, ahora me alegro de que estoy ejercitando la conciencia, el darme cuenta.Darme cuenta de los viajes hacia el pasado y el futuro de mi mente ya es un primer paso, son solo pensamientos.
Me he propuesto seguir un programa personal de meditación en 8 semanas intercalando momentos ordinarios (aplicados a la vida cotidiana)y formales(lugar especial para meditar).
Veremos qué pasa con mi cerebro. Mi profesor me ha dicho que la práctica sostenida de meditación reduce la amígdala cerebral, que es la encargada de la regulación emocional. Veremos que le pasa a mi amígdala y a mi neocortex. Tengo mucho material de trabajo en mi mente.